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lunes, 29 de junio de 2009

Crónica personal actualizada

Ayer quedé con una señora, artista del café en una panadería cercana a mi casa, en que pasara buscando unos potes vacíos de leche a las 9:00 a.m. del día de hoy, hoy que fué hoy días atrás. Al llegar a la panadería y pedir mi respectivo pastelito y medio litro de té de durazno, fuí a hablar con la señora, quién me dió a entender a través de miradas que me había reconocido. Luego de hablar con ella, me asombró la cantidad de potes vacíos que ya habían para las nueve de la mañana. En total fueron quince potes vacíos de leche de un litro. Tan solo con dos horas de trabajo, en la mañana de un domingo cualquiera, ya habían generado una cantidad de basura bastante grande. Eso me llevó a pensar en la cantidad de basura que genera una panadería a diario, que a su vez me llevó a pensar en las mañanas de los domingos electorales y en la gente que aplica la del desayuno después del voto. Después de divagar un rato en el tema y no llegar a nada más allá de que en unos años viviremos dentro de potes gigantes de cartón, me vi limpiando el origen de estos pensamientos.